¿Sabías que el modo en el que planteas las preguntas de la encuesta influye en las respuestas? Al añadir opiniones o suposiciones en las preguntas, recibirás respuestas sesgadas, y la encuesta podría ser considerada como no confiable. Si lo que buscas es obtener respuestas valiosas, formula preguntas directas y neutrales.
Evita las preguntas inductivas, recuerda que conducen al encuestado a responder de un modo determinado. Por ejemplo: ¿Fue extraordinario nuestro servicio? Al formular la interrogante de esta manera, se le insinúa al encuestado una respuesta determinada, sin darle pie a expresar su opinión real.
Evita las preguntas tendenciosas, obligan a los encuestados a responder sobre un tema determinado en el que podrían no estar de acuerdo, o no refleja su opinión o situación de manera precisa, o no tienen conocimiento al respecto. Al aplicar este tipo de preguntas se puede desorientar a los encuestados, y hacer que abandonen la encuesta. Por ejemplo: ¿Dónde disfrutas comer sushi? Al formular esta pregunta se asume que el encuestado come sushi, por ende, si el encuestado realmente no es consumidor de este plato, al responder esta interrogante no reflejará su opinión real.
Cuidar la redacción y estilo de las preguntas de tu encuesta al principio puede ser difícil, pero si logras identificar y corregir las preguntas de tipo inductivas o tendenciosas mantendrás la imparcialidad del cuestionario, haciendo de él una encuesta más confiable.