Al crear una encuesta, pueden ocurrir algunos errores de redacción de preguntas, y estos pueden ser fuente de error en los resultados de la investigación. Al redactar preguntas ambiguas o que no responden al objetivo del estudio el encuestado puede confundirse y no responder la encuesta. Por ello, es de gran importancia la redacción de preguntas en un cuestionario.
¿Cuáles son los errores de redacción de preguntas en un cuestionario?
- Preguntas ambiguas: hay ocasiones que al redactar una pregunta en nuestra encuesta puede llegar a ser ambigua y confusa, haciendo que sea imposible de responder. Este sesgo hace que los encuestados interpreten de forma diferente la intención original de la pregunta, y por ende ocasiona que su respuesta sea inválida. Ejemplo: ¿Desde cuándo hace que no consumes bebidas energéticas diariamente? Para evitar este sesgo, las preguntas deben ser lo suficientemente claras y precisas.
- Preguntas que no responden al objetivo del estudio: algunas veces las preguntas de nuestro cuestionario no responden a las dudas o al objetivo del estudio. Ejemplo: supongamos que el objetivo de nuestra investigación es analizar las estrategias comunicacionales desarrolladas por determinada empresa productora de vinos, pero comenzamos a realizar encuestas cuyas preguntas no nos aclaran la percepción de los consumidores de vinos ante esa marca, cuando ese es uno de los objetivos específicos que buscamos resolver con la investigación. Para no caer en este tipo de errores de redacción de las preguntas en un cuestionario que estemos desarrollando, lo ideal es revisar la encuesta antes de publicarla, dar un repaso a todas las preguntas y verificar con calma si ellas responden al objetivo del estudio.
- No usar un vocabulario acorde a nuestra investigación y a nuestro público a encuestar: al momento de redactar las preguntas en un cuestionario siempre debes analizar el vocabulario a utilizar, no es recomendable llenar la encuesta de tecnicismos, puesto que tus encuestados pueden llegar a tener dudas sobre ciertas palabras, y podrían no responder la encuesta. Por ejemplo, quieres realizar una encuesta sobre computación, pero tu público no es experto en esa área, no podrías colocar en tu encuesta preguntas sobre las siglas HTTP.
- No saber cuándo usar una pregunta abierta o cerrada: las preguntas abiertas sólo debes usarlas si quieres conocer más a fondo la opinión personal de tus encuestados. Mientras que las preguntas cerradas te servirán para conocer con exactitud su respuesta. El conocer cuándo aplicarlas es de gran importancia para obtener respuestas de gran calidad y reducir el tiempo del cuestionario.
- No realizar preguntas directas: si en la redacción de un cuestionario creas preguntas vagas, sin ir directamente al tema de la encuesta, puedes llegar a obtener respuestas sin valor, y muy alejadas de los datos que deseas tener. Lo ideal es redactar preguntas directas que tengan que ver con el tema principal de la encuesta.
- Redactar preguntas complejas o muy largas: este sesgo se presenta en la redacción de preguntas en un cuestionario cuando se asume que quien responde la encuesta posee la preparación necesaria, el tiempo y la paciencia suficiente para analizar y responder adecuadamente a las interrogantes. Por ejemplo: Durante los últimos 24 meses ¿cuántos vasos o copas has tomado por término medio durante los días laborables? al realizar una pregunta así, requiere que tu encuestado realice una serie de cálculos en base a su recuerdo de consumo, no siempre tus encuestados tienen la habilidad numérica para responder adecuadamente o el tiempo necesario para realizar cálculos.
- No realizar de manera adecuada la estructura de las preguntas: este sesgo ocurre cuando mezclamos diferentes temas en las preguntas de nuestra encuesta. Lo ideal es tratar por bloque los temas que van a definir las preguntas del cuestionario sin mezclarlos, de esta manera se podrá pasar de un tema a otro sin confundir al encuestado.
- Realizar varias preguntas a la vez: muchas veces introducimos dos enunciados en una sola pregunta sin darnos cuenta, haciendo que sea imposible para el encuestado decidir cual responder. Ejemplo: ¿Cuántos días de la semana realizas ejercicio?, y ¿qué ejercicio te gusta hacer? estas son dos preguntas que pueden ser formuladas de forma independiente para garantizar así la calidad de datos a obtener.
Todos estos errores de redacción de preguntas en un cuestionario son sencillos de resolver, sólo debemos poner un poco de atención al elaborar las preguntas de nuestras encuestas y pensemos un poco en los encuestados. Para ello debemos poner en práctica ciertos criterios para la redacción de preguntas de la investigación.
3 Principios básicos para la redacción de preguntas de un cuestionario
- Usa palabras sencillas y claras: nuestra sugerencia es que uses las mismas palabras con las que cotidianamente te comunicas con tu público objetivo. Mientras más sencillas y precisas sean las palabras que uses, tendrán el mismo significado para todos los entrevistados, mientras que las palabras ambiguas tienen varios significados que ocasionan problemas de interpretación.
- Evita preguntas subjetivas que sugieren una respuesta: procura formular las preguntas de la forma más objetiva posible. Una pregunta que sugiere una respuesta es aquella que al ser leída le da al entrevistado una orientación sobre una posible respuesta.
- Evita las preguntas sesgadas: una pregunta sesgada es aquella que incluye frases o palabras que sugieren un sentimiento de aprobación y desaprobación, haciendo que el encuestado se incline a un lado no objetivo al emitir su respuesta.
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